Cazador

Uno puede esperar el justo castigo si comete acciones vandálicas en el patio de una casa o en una calle concurrida. Vecinos y transeúntes se encaragarán de tomarse la justicia por su mano o de llamar a los agentes del orden. Sin embargo, en un continente tan vasto como África cabría esperar que pasesen inadvertidas. Pero, para desdicha de los furtivos, no es así. Y todo por obra y gracia de un misterioso vengador capaz de castigar implacablemente da los buscadores de marfil, a los cazadores de rinocerontes y a los traficantes de reliquias autóctonas. Advertencia: si va de vacaciones a África, no cometa ninguna tropelía contra los animales.

Edición de bolsillo del año 1997. En muy buen estado.